Benín país poco conocido, pero con todo por ver: Montañas, preciosas lagunas, sabana, bosques tropicales y playas bordeadas de cocoteros, está bien conservado, virgen, lleno de la auténtica tradición africana, tranquilo, donde los viajeros son recibidos como amigos. ¿ Viajar a Benín ? Oluku mi… ¿Y por qué no?. Pequeño Benín; encierras un gran mundo.
Benín es uno de esos países poco conocidos, pequeño en superficie situado en el Golfo de Guinea comparte fronteras con el gigante Nigeria, el minúsculo Togo y Burkina Faso. Benín es como un pequeño continente por la variedad de gentes, religiones y regiones naturales que alberga.
Visitar la tierra del antiguo reino de Dahomey, que una vez gobernó toda la región, es retroceder en la historia.
La cadena montañosa de Atakora es una de las zonas más elevadas del país y también una de las zonas más atractivas para nosotros. Pero no es el único punto de interés.
El norte de Benín muestra un paisaje de sabana arbolada, salpicado de aldeas y pequeñas ciudades de calles sombreadas por los árboles. Bajo ellos, los mercados ofrecen los productos frescos que los agricultores arrancan de la tierra.
El sur de Benin es una zona tropical húmeda rica en bosques de diferentes tipos de madera y que en la costa cuenta con la tradicional palmera. Las playas son muy hermosas, pero sus aguas son peligrosas, por lo que te aconsejamos mucha prudencia a la hora de tomarte un baño.
La historia del país está llena de grandes momentos, aunque el más recordado es la miserable trata de esclavos. Sus reyes, ayudados por los europeos, atraían hasta la costa, donde fueron construidas grandes ciudades, a los hombres y mujeres capturados en el interior del continente para ser vendidos a los blancos y, desde allí, llevados a América… Pero esta historia es de sobras conocida…
