Año tras año, el Mekong, no olvida inundar las fértiles llanuras que alguna vez alimentaron a la ciudad de Angkor; se cuenta que el Rey condenó a morir ahogado en el Tonlé Sap, al hijo de un sacerdote que había ofendido a la familia real de Camboya. El hecho produjo la cólera del dios-serpiente, el monstruo de siete cabezas cuya esfinge de piedra sigue vigilando las avenidas de la ciudad de Angkor y ordenó al lago que subiera sobre sus orillas destruyendo a la altiva capital.
Conoce Camboya y deléitate de la que fue el centro de una de las civilizaciones más desarrolladas y poderosas de la tierra en la antigüedad. Alguno de los paisajes que podemos encontrar evocan la vida de sus antepasados que se mezcla con el color de sus enormes lagos, ríos, junglas y fauna tropical y su naturaleza húmeda y verde adornada por algún monje envuelto en su característica túnica de color azafrán..