Uzbekistán – es un país de sol y calor, que desde antaño atraía a los viajeros de todos los rincones del mundo. Uzbekistán tiene fama por su gran hospitalidad: siempre les acogerán de forma muy calurosa y cordial. Es un país maravilloso y rico en recursos naturales. Las arenas calientes del majestuoso desierto del Kizil-Kum, por las cuales andaban numerosas caravanas, el sistema montañoso de Tian-Shan y Pamir – las estepas y los desiertos sin vida se tocan con los oasis donde crecen el algodón, las higueras, el arroz y la vid. Las llanuras verdes están rodeadas por sierras cubiertas de eterna nieve. Miles de arroyos bajan de las montañas, juntandose a los ríos más grandes del Asia – Amú-Dariá y Sir-Dariá. En efecto, desde tiempo inmemorial Uzbekistán se considera como un puente entre países y pueblos, un cruce de las vías de antiguas caravanas, un lugar de encuentro de todas las lenguas, culturas y civilizaciones. Justo aquí pasaba La Gran Ruta de Seda, que unía China, India, Asia Central, Irán, Irak y también los países del Oriente Medio y el Mediterráneo. Millares de las caravanas de camellos transportaban seda y porcelana, especias y pedrería, tapices y medicinas.