Los circuitos más originales, los rincones más desconocidos, en nuestros viajes a Madagascar, y todo un equipo al servicio del viajero, son rutas donde los sentidos juegan un papel muy importante. Naturaleza salvaje y población. Viajes donde hay un contacto con las culturas locales. Aquí tenéis un escaparate para que tanto los viajeros como los profesionales del turismo os asoméis a descubrir el paraíso. Los viajes a Madagascar nunca han estado tan cerca. Nuestro equipo ha recorrido extensamente todos los destinos que ofrecemos en Madagascar, visitando alojamientos, seleccionando los mejores guías y conociendo las actividades más interesantes para viajar a Madagascar de manera fiable y ofrecer unas experiencias de primera calidad.
Dice The New York Times que Madagascar es uno de los 52 destinos que hay que visitar e y, desde Viajes Viatamundo, no podríamos estar más de acuerdo. Principal destino para el ecoturismo, Madagascar no se ha visto transformada en el paraíso de lo verde de repente, sino que lleva siglos siendo una isla impresionante, con una riqueza en flora y fauna sin par en el planeta y con la biodiversidad no de un país ni de una zona, sino casi de un universo aparte.
Hoy en día cuenta con una de las faunas más especiales del mundo y animales endémicos e icónicos como los lémures, mitad ardilla, mitad gato, que son realmente parientes lejanos de los primates y aún más lejanos de nosotros, el homo sapiens. Además de ser un autóctonos, sus al menos 35 especies también lo son, y van desde la versión más chiquitita, el microcebú, al más conocido, el Aye-Aye.
Aparte de estos simpáticos animales, otros como el geco diurno, la boa de Madagascar, diferentes clases de tortugas o cinco familias de aves son también endémicas del lugar. Pero si por algo destaca la isla, además de por sus lémures, es por su sagrado árbol nacional, el baobab, en el que habita el espíritu del bosque y a cuya sombra se cobija el ciudadano que quiere charlar y discutir diferentes temas. Si bien en el caso de El Principito, su planeta tenía que deshacerse de los baobabs constantemente para que no conquistasen su pequeño territorio, en el nuestro, y en la situación en la que se encuentra la Tierra, el baobab es una especie en constante peligro: sus hojas escasean y tienen poca resistencia, sus flores duran cinco minutos y los pájaros que solían ayudar a fertilizarlo están a punto de extinguirse. La población de baobabs mengua a cada paso, aunque parezca que duran casi eternamente (entre 800 a 1.000 años). Para observarlos en todo su esplendor, el mejor lugar es la imponente Avenida de los Baobabs, que se encuentra entre Morondava y Belon’i Tsiribihina.
Otro de los especiales encantos de Madagascar es su bosque de piedra, la Reserva Natural Tsingy (una de las muchas reservas del país), formada por afilados pináculos calizos que parecen cortar como cuchillos y que han hecho que el lugar se gane un nombre que significa “donde no se puede caminar descalzo”. Sólo los lémures se atreven a corretear por el lugar.
Y si uno quiere zambullirse directamente en la naturaleza nada más aterrizar en la capital de Madagascar, una de las mejores opciones es ir por carretera para llegar al Parque Nacional de Andasibe-Mantadia, un área protegida de 155 kilómetros en donde habitan muchas especies endémicas raras y en peligro de extinción.
Viajes Viatamundo te da la bienvenida a Madagascar, lugar en el que existe un clima subtropical en sus costas y un clima continental en sus territorios más altos, hogar del árbol pulpo, de la cuarta parte de las especies florales de todo el continente, del 70% de las especies de camaleones del mundo y de más de 50 parques nacionales. En este país los arrozales se infiltran en las ciudades, es posible bañarse en espectaculares playas o bucear rodeado de mantas, rayas y barracudas, salir de ruta por la selva pluvial o conocer el macizo volcánico de la Montaña de Ambre. Es un lugar de bellas costas, bosques tropicales que se extienden hasta la playa o antiguas ciudades piratas, de nombre Libertalia.